Pintura de Dolores Huerta

Esta obra es mi homenaje personal a Dolores Huerta, una figura que me conmueve profundamente por su lucha, su voz incansable y su humanidad. Al pintar este retrato en óleo, no quise limitarme a representar un rostro. Quise capturar una energía, una historia viva.

La mirada de Dolores en esta pintura está cargada de determinación. No es una mirada dura, sino consciente: sabe lo que implica alzar la voz, lo que cuesta, y lo que vale. El fondo, lleno de pinceladas intensas y contrastes cálidos, simboliza el movimiento, la lucha constante, los sacrificios y las victorias que ella representa. He incorporado sutiles guiños visuales al activismo campesino, a la tierra y a las manos que trabajan y construyen un futuro más justo.

Utilizar óleo me permitió trabajar con paciencia, dando tiempo a cada capa para respirar, igual que los procesos sociales que Dolores encarna: lentos, profundos y con raíces. Pintarla fue un proceso muy emocional. A medida que avanzaba, sentía que no solo estaba retratando a una mujer, sino dejando un pequeño testimonio del poder de la palabra, del liderazgo compasivo y del cambio real.

Es, para mí, una pintura que late.

200.00